Dra. Alejandra Teresa Rabadán
(1953-2022)

   

Ale, nunca pensé estar escribiendo estas líneas, no sabés lo difícil que es, todavía me parece una pesadilla la llamada esa madrugada del 12 de enero desde tu celular y yo preguntándote ¿Te pasó algo? Y entonces supe que no te iba a escuchar nunca más y como una película recordé tu historia, el comienzo de esta aventura que compartimos. Te recordé entrando a la Residencia en el Instituto Costa Buero del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, cuando ser mujer era un desafío en esa especialidad, muy joven con grandes ojos azules ávidos de ver y de aprender. Habías nacido en Buenos Aires en 1953, te graduaste de médica con diploma de honor en la Facultad de Medicina de la U.B.A. en 1976.

Nos unieron largas charlas en las noches de Guardia y los primeros congresos, descubrimos ciudades y otros países, y sellamos esta amistad compartiendo la vida, risas, dificultades, alegrías, tristezas y, sobre todo, la pasión.

 Cuando terminaste la residencia comenzaste a trabajar al lado del Profesor Enrique Pardal, quien te contagió el amor por la microcirugía, y entre 1985 y 1987 realizaste pasantías de perfeccionamiento en el exterior en los Servicios de los Dres. Drake C, Ausman J, Samii M y Yasargil MG, entre otros.

A nivel asistencial fuiste médica de planta del Instituto Costa Buero, Complejo Médico Policial Churruca-Visca y Sanatorio Mitre. Lograste la Jefatura del Servicio de Neurocirugía del Hospital Italiano de Buenos Aires y después del Instituto Lanari. En la práctica asistencial, tus áreas de interés fueron la cirugía vascular, la neurooncología y, en los últimos años, la ética médica. Todos te recordarán por tu generosidad y entrega con los pacientes y sus familias.

Formaste parte activa de numerosas sociedades científicas de Argentina, Latinoamérica, EEUU y Europa, de la WFNS, participaste activamente de sus cursos y congresos. Creaste capítulos pero, además, tu espíritu inquieto te llevo a interactuar con otras sociedades, formando grupos interdisciplinarios como en la Sociedad de Stroke y en la de Cancerología donde creaste el capítulo de Neuro-Oncología y el “Día de la concientización de los tumores cerebrales” que realizaban todos los octubres, o algunos internacionales como el “Snola” donde este año no pudiste representarnos.

Desde muy joven te interesó la actividad docente y académica, alcanzando el Doctorado en Medicina en la Universidad de Buenos Aires en 1995. Fuiste una docente comprometida, no solo de pregrado sino en la formación de neurocirujanos jóvenes dictando cursos nacionales e internacionales.

Participaste de innumerables Jornadas y Congresos a nivel nacional e internacional como panelista u organizadora. Son numerosas las publicaciones sobre temas de la especialidad como trauma, columna, vascular, tumoral, que incluyen, además, varios premios. Es de destacar tu participación en diferentes capítulos de libros como así también de tu autoría, y hace pocos meses pudiste presentar “Desafíos bioéticos de la neurociencias del siglo XXI”, tu última creación aplaudida por los referentes más importantes de esa especialidad: un ORGULLO.

Fuiste un referente de espíritu inquieto de la Neurocirugía argentina, compañera y amiga de tus colegas y discípulos, dejando en ellos una profunda huella de afecto, calidez humana y compromiso.

Las mejores palabras para describirte son APASIONADA, INNOVADORA, INFATIGABLE, PIONERA, GENEROSA pero sobre todo BUENA PERSONA así “con mayúsculas”, por eso extraño tanto las charlas y los proyectos que quedaron truncos.

Con tu partida, la comunidad neuroquirúrgica nacional e internacional no solo pierde un pilar fundamental en la especialidad, sino a una excelente persona y amiga, y así te recordaremos Ale.

Silvia Berner